Imagen cortesía de Tracy H. |
Y aunque por supuesto que las mascotas son los mejores calentadores para nuestros pies, lo mejor es siempre saber cómo calzar para evitar que se nos congelen.
Los pies son una parte del cuerpo que suele sudar mucho, y es precisamente la humedad la primera que ocasiona que no podamos calentar los pies con nada. Entonces el primer reto es sacar la humedad de donde no debe estar y ese es el primer paso para remediar los pies fríos. Para eso necesitamos apreder a vestirnos en capas.
La primera capa debe corresponder a un material que absorba la humedad, pero que no la retenga. Esta función la cubren las fibras de origen animal, como puede ser la lana merino, y son muchos los alpinistas que la recomiendan como primer prenda para llevar pegada a la piel. Sin embargo para mi gusto personal, es más efectivo es que la primera capa sea de una microfibra sintética delgada, seguida de una capa de una fibra natural más absorbente, como puede ser la lana o el algodón. La idea de esta forma de vestirse es que la humedad que nuestro cuerpo expele no esté en contacto directo con nuestra piel. Por ello la segunda capa siempre debe ser más absorbente que la primera, y eso aplica no solamente a los calcetines, sino a toda la vestimenta en general. El algodón nunca debe ir en contacto directo con la piel pues incluso la primera sensación que tenemos al vestir una prenda de algodón es que está fría, en tanto que las prendas de lana o las de microfibra, dan la sensación de estar a la temperatura del cuerpo y de que proporcionan calor de inmediato. Luego puedes poner unos calcetines de tejido grueso no muy cerrado, a manera de suéter. Esto ayudará a que haya una capa de aire entre tus pies y tu calzado y ayudará a crear una barrera de calor.
Es muy importante es que los calcetines no estén apretados. Debes ser capaz de mover los pies libremente y las capas deben quedar ligeramente despegadas, es decir, de nada sirve ponerse unas medias de microfibra y encima unos calcetines pegados de algodón y luego otro par más pegado. Es importante crear capas de aire entre la ropa y esto se logra utilizando tejidos que no estén demasiado justos a la piel. Esto aplica también para la vestimenta del resto de nuestro cuerpo.
Foto: Cortesía de Ana C. |
Por esta razón es importante invertir en un buen par de zapatos para invierno. Esto no quiere decir que deban ser caros. Yo he conseguido calzado de muy buena calidad por alrededor de 30 euros, lo cual no es un precio alto comparado con los cientos de euros que llegan a costar algunas botas de montaña por ejemplo. ¿Qué aspectos es importante tomar en cuenta?
Evita las suelas lisas. La suela de tus calzado invernal debería de ser de tipo "llanta" o bien de material poroso. ¿Por qué? Bueno muy sencillo: una menor superficie de apoyo es también una menor superficie para la transferencia de calor de tu cuerpo hacia el suelo o la superficie que pisas. Asimismo son mejores las suelas un poco porosas que las suelas que parecen de plástico. El aire contenido en los poros de la suela ayuda a que no tengas contacto directo con la superfcie helada del piso. El calzado para la nieve suele ser plano, pero generalmente es poroso por esa razón, Además la porosidad ayuda a que te resbales menos en una superficie con hielo o mojada.
No a la piel sintética. Por ninguna razón compres calzado de piel sintética, ni siquiera si está forrado de tela, pues ésta puede también ser sintética y aún en caso de no serlo, la piel actuará como una bolsa de pálstico y la humedad acabará mojando tus calcetines o medias y por lo tanto sentirás frío.
Opta por modelos de piel natural, vale la pena la inversión extra. Para evitar que la piel se empape, es importante que la untes continuamente con cera o grasa para calzado. Incluso utilizar vaselina ayuda muchísimo a que la piel se conserve por más tiempo y a que no absorba inmediatamente la humedad del exterior.
Y en caso de que no desees utilizar piel: busca textiles a prueba de agua. Existen muchos materiales que son a prueba de agua, y sin embargo permiten la transpiración. Estos son ideales para las condiciones climáticas del invierno.
En general se puede decir que deberías evitar las tiendas que ofrecen moda, aunque hay excepciones, y buscar calzado especializado de invierno. Unas botas del mercado de chinos o de una tienda de moda rápida, es más difícil que reuna las características adecuadas para un calzado invernal adecuado, aunque como mencioné, a veces se encuentran pares excepcionales a precios accesibles en ese tipo de establecimientos. La cuestión es que las marcas especializadas invierten en investigación y pruebas de cada modelo que lanzan al mercado y eso se refleja en el precio. Los zapatos de las tiendas de moda o de las grandes importadoras de mercancía china, generlamente no reunen esas cualidades y es una moneda al aire.
Considera agregar unas plantillas aborregadas o de foam (espuma). En casos extremos, hasta una plantilla improvisada de carton común y corriente es de bastante ayuda para mantener los pies calientes en días de frío extremo. El cartón es además de aislar del frío es excelente para absorber la humedad y mantenerla alejada de tu piel. Solamente no olvides sacar las plantillas al quitarte los zapatos para asegurarte de que no estén mojadas.
Imagen cortesía de Jo Zimny Photos |
Al escoger tu calzado invernal debes considerar que tal vez utilizarás calcetines gruesos, por lo que si los compras en verano, lleva algunos calcetines adicionales para probar cómo te quedarán una vez que llegue el gran día de salir al frío con ellos. El calzado invernal jamás debe estar apretado, pues eso disminuye la circulación y por lo tanto favorece que tus pies estén fríos. También es importante mantenerse activo y mover los dedos de los pies constantemente para asegurar irrigación sanguínea. La falta de actividad y la mala postura son una causa muy frecuente para sentir frío.
Ya en casa, la mejor manera de calentar los pies es poniéndolos sobre una superficie caliente. En mi casa, a falta de mascotas, solemos llenar una botella con agua caliente y taparnos con alguna frazada. Por cierto, el agua no la tiramos, sino que con ella enjuagamos los trastes antes de meterlos al lavavajillas o la utilizamos para el WC. También puedes meter los pies en un baño de agua tibia con sales o sencillamente con bicarbonato de sodio. Además de calentarte, podrás aprovechar para hacerte un pedicure.
Si pasas mucho tiempo sentado en un lugar puedes poner un pequeño tapete o taburete de madera. La idea es que tus pies no estén en contacto con el piso, pues a menos que tengas calefacción en el piso, el frío del piso pasará a tus pies y con ello seguirás teniendo los pies fríos aún y cuando estés calzando las prendas correctas. Lo mismo aplica si estás parado mucho tiempo por ejemplo frente a la estufa, lavando los trastes o al aire libre. En este último caso, puedes conseguir un cuadro de poliuretano expandido del que se utiliza para aislamiento de las fachadas, o cuadros de foam de los que se usan en los salones de juegos infantiles. Ese tipo de superficies no permiten que transmitas calor hacia el suelo y por lo tanto podrás estar parado horas sin sentir que el frío en los pies te invade. Cargar con este tipo de accesorios en tus paseos al aire libre además te garantiza poder sentarte en cualquier banca o incluso en el piso sin temor a mojarte o a sentir frío.
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